domingo, 29 de mayo de 2011

De la dirección del nacionalismo y los estados de agregación de la materia


La psicohistoria es el nombre de una ciencia ficticia en el universo de la Saga de la Fundación de Isaac Asimov, que es una combinación de historiapsicología yestadística matemática para calcular el comportamiento estadístico de poblaciones extremadamente grandes de personas, como el Imperio Galáctico.
Asimov utilizó la siguiente analogía: en un gas, el movimiento de una sola molécula es muy difícil de predecir, debido a los continuos choques con sus vecinas, pero el comportamiento a escala visible de un gas puede ser predicho con gran exactitud. Así, si se aplicaran cálculos estadísticos a una población lo bastante grande, como el Imperio Galáctico de sus novelas, cuya población era de billones de personas, se podría predecir su evolución histórica y social global con gran exactitud.


Vengo diciendo en el blog que el nacionalismo puede tener dos direcciones: una dirección individualista, que crea sentimientos separatistas disgregando a los Estados, o una dirección colectivista, creando sentimientos supranacionales, uniendo a los Estados. Por ejemplo: una República Hispánica que involucre España, Hispanoamérica y las Filipinas, y aún así sería nación, o más bien habrían sido. Esto debido a las divisiones creadas entre estos pueblos (inicialmente muy semejantes) se fueron creando naciones distintas: diferenciadas por la cultura, el entorno geográfico, la demografía y hasta el idioma.

Usando el símil de los estados de agregación de la materia enunciado por el brillante Isaac Asimov podemos decir que un grupo humano en anarquía sería un gas, si llegase otro grupo humano, también anárquico, fácilmente se podrían unir, por ser gases. Ahora bien, puede ser que estos grupos sean algo más cerrados y que no se unan, tal como el agua y el aceite, en este caso, y al no haber unión, puede el agua solidificarse y crear un sólido y sustraer al aceite de su ser, y si queda aceite dentro, este quedaría aislado allí, esto podría ser un ejemplo de un Estado con dictadura totalitaria.

Sin embargo, es sabido que los cuerpos se agregan en frío y se disgregan en calor. En el caso de los grupo humanos es al contrario: el racionalismo, el individualismo, el anarquismo, la república, son modelos que, en mayor o menor grado, propugnan un estado gaseoso en el grupo, esto no mediante un ambiente caldeado, sino mediante una razón fría y calculada. En cambio, el comunismo, el fascismo, el nacionalsocialismo, la tiranía, son modelos que mantienen al grupo humano que controlan en forma rígida, sólida, mediante constante propaganda, sentimientos nacionalistas, pan y circo; esto es, el grupo humano sólido es caliente.

Otra cuestión relativa es que yo sostengo que las dos direcciones deben realizarse a la vez: los Estados deberían ir renunciando a su poder dando más autonomía a las municipalidades, distritos, alcaldías o lo que fuesen, al mismo tiempo que va desarrollándose un gobierno mundial.

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