lunes, 22 de agosto de 2011

El discurso del Papa. La vuelta a la Edad Media.

Las palabras lanzadas por el Papa en Madrid estos días suponen una de las mayores agresiones a las conquistas que el ser humano ha llevado a cabo en los últimos siglos. Con su arenga el Papa ha despachado siglos de progreso y evolución humana, aseverando la necesidad de volver a realidades medievales que parecían formar parte de la historia.

“Hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces y cimientos que ellos mismos, que desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto”.

Con este alegato el Papa volvía a atacar lo que él denomina el “relativismo moral” que está pervirtiendo las sociedades actuales. No voy a entrar a valorar hasta que punto es relativo que hable de moral alguien con su historial, pues creo que la peligrosidad de estas palabras merece un discurso más profundo.

El ser humano experimentó uno de los periodos más oscuros de su historia durante la Edad Media, al dejar la autonomía de sus actos en manos de la religión. La organización humana residía en Estados teocráticos donde el poder político se encontraba en manos de monarcas absolutistas considerados los representantes de Dios en la tierra, encargados de ejecutar las leyes divinas recogidas en los textos sagrados como única norma que regía las comunidades humanas. El ser humano carecía de toda autonomía para guiar sus propios designios, sin capacidad para llevar a cabo ningún juicio de valor al margen del imperativo religioso. Tanto la esfera individual como la pública estaban dominadas por la religión.

Sin embargo, al grito de “pienso luego existo”, en el siglo XVII se levantó el Racionalismo, propugnado por autores como Descartes, mediante el que se afirmaba la autonomía del hombre para enjuiciar sus propias acciones al margen de los libros sagrados. Esta corriente fue acompañada del nacimiento de la Ciencia moderna de la mano de Galileo, Copérnico, y otros científicos que aseveraban la capacidad del ser humano para desarrollar un conocimiento autónomo al margen de los textos sacros, cuestionando las afirmaciones religiosas a través del empirismo. Muchas de estas personas acabaron en la hoguera al tratar de imponerse al imperativo dogma religioso.

En el plano público la corriente racionalista se desarrolló en el siglo XVIII mediante la Ilustración, en el conocido como Siglo de las Luces. Autores como Montesquieu, Locke o Rousseau afirmaron que la razón humana podía llevar a los individuos a formar comunidades políticas donde a través de un “pacto social” que estableciera mecanismos de participación de esos ciudadanos, se acordaran las propias normas con las que regular su convivencia. De esta forma, la comunidad ciudadana sería capaz de establecer sus juicios de valor en forma de leyes civiles que imperaran al margen de la religión, la cual quedaría en la esfera privada sin ningún tipo de fuerza impositiva.

Éstas han sido probablemente las mayores conquistas del ser humano: la afirmación de su racionalidad y capacidad de conocer su entorno científicamente, además de su autonomía política como ciudadanos capaces de decidir las normas que rijan su sociedad. Se situaba así al hombre en un nuevo plano de ciudadano libre, dejando atrás al súbdito sometido a preceptos religiosos. Sin embargo, en pleno siglo XXI hemos podido presenciar como Benedicto XVI ha sido capaz de tirar por tierra siglos de evolución humana.

Tal y como afirma el Papa, la especie humana no puede tener como cimientos a ellos mismos, no pudiendo decidir por sí sola lo que está bien o mal, es justo o injusto. Según su discurso, solo Dios puede establecer estos extremos, por lo que de un plumazo amputa la autonomía del ser humano tanto en su plano individual, negando su racionalidad, como en el plano colectivo, cuestionando nuestros sistemas políticos de decisión popular.

La pregunta sería ¿si los seres humanos no somos capaces de juzgar el bien y el mal, y nuestros sistemas políticos de organización democrática no pueden normar lo justo e injusto mediante la participación de todos los ciudadanos? ¿Entonces quien puede? La respuesta es Dios, a través de su sagrada palabra. Es decir, la vuelta a los textos sagrados como normas reguladoras e imperativas de la organización política. El régimen medieval teocrático.

Benedicto XVI siguió con su proceso discursivo de involución señalando su preocupación por la inaceptable “secularización de Europa”. De esta forma el Papa tiraba por tierra una de las grandes conquistas de las revoluciones liberales de los siglos XVIII y XIX, la separación Iglesia-Estado, con la creación de Estados modernos ordenados a través de sistemas políticos donde los ciudadanos se autonormasen mediante el ejercicio de la soberanía popular, y donde la religión saliera del espacio público como forma de organización humana, para pasar al espacio de las creencias personales no imperativas.

Posteriormente, para terminar de rematar su vuelta al Medievo, durante la reunión que el Papa mantuvo con la comunidad científica de profesores universitarios, Benedicto XVI señaló que había que “hacer frente al abuso de la Ciencia sin límite, más allá de ella misma”. La idea señalaba la imposibilidad de que el hombre busque por sí mismo la verdad más allá de Dios, es decir, la negativa a cuestionar el dogma religioso y verlo como un hecho refutable, tratando de indagar en el porqué de nuestra existencia más allá de las afirmaciones religiosas. Estamos ante el mismo argumento que se esgrimió por parte de la Iglesia en los procesos inquisitorios que llevaron a la hoguera a muchos científicos siglos atrás.

Pero para rematar este proceso de involución, Benedicto XVI afirmó que todo este “relativismo moral” lleva “hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior”. Nada más lejos de la realidad. Precisamente fueron el Racionalismo y la Ilustración, quienes rompieron con las metateorías de organización social que partían de un ideal incuestionable, el religioso, siendo superado por las teorías liberales democráticas donde el ideal no existe “per se”, sino que es pactado dentro de esa estructura política de forma periódica por los propios ciudadanos. Además resulta que ese gran paso que dio la humanidad al superar las metateorías religiosas medievales, sólo fue cuestionado en nuestro pasado reciente a través de movimientos metateóricos totalitarios como el fascismo o el nazismo, muy vinculados precisamente al pensamiento religioso, como forma contemporánea de imposición de un ideal metateórico.

Los ciudadanos racionales y libres no podemos aceptar este discurso que pretende devolvernos al Medievo. Es nuestra responsabilidad lograr que la humanidad siga evolucionando y no retroceda hasta épocas oscuras que se creían olvidadas en nuestra historia. Por eso estamos en la obligación de luchar contra este tipo de discursos que pretenden someternos a la más absoluta esclavitud del irracionalismo dogmático, extirpando la base metafísica del ser humano: su razón.

miércoles, 20 de julio de 2011

Prospectiva




Para comenzar tenemos que ver el mapa geopolítico. Como no encontré ningún mapa de este tipo en internet que se refiera a esta época, entonces lo hice yo. Y sí, ya incluí a Sudán del Sur en el mapa.

Vemos en azul a los Estados Unidos, en un tono grisáceo a los miembros de la OTAN, en azul claro a los demás aliados de los Estados Unidos y en violeta al Reino Unido y la Mancomunidad de Naciones en general. Nótense las fronteras azules claras entre los países miembros de la UE. En la práctica, todo estos grupos forman una sola alianza: la Alianza Atlántica o Alianza Anglosajona (controlada por el Grupo Bilderberg), que busca la dominación total del mundo.

Notamos a Rusia en un tono rojo oscuro, y a sus aliados en rojo; a China en marrón oscuro y a sus aliados en marrón claro; y a Brasil en amarillo y a sus aliados en amarillo claro, nótense también las fronteras en un amarillo muy claro entre los países del Mercosur. Estos países, junto a la India, forman el grupo BRIC. Así también se hallan los países musulmanes en verde claro, siendo el principal Irán, en un verde oscuro. En la práctica, podemos agrupar a todas estas alianzas como una sola: la Alianza Continental, que busca mayoritariamente un mundo multipolar, que posteriormente se unificará en un gobierno mundial dividido en regiones, cada una en torno a una potencia regional.

Como desencadenante de la Tercera Guerra Mundial tenemos a los diferentes conflictos a través del globo: el principal nudo geopolítico obviamente es Palestina-Israel; tenemos luego el Cáucaso, un verdadero polvorín; Cachemira, en conflicto entre Pakistán, India y China, los tres con potencial nuclear, así como Israel; el conflicto residual del siglo XX: Corea del Norte-Corea del Sur; los Balcanes, dolor de cabeza mundial desde la caída del Imperio Otomano; Pridnestrovia, separatista en Moldavia y apoyada por Rusia.

Vemos un avance inexorable de la Alianza Anglosajona hacia Europa Oriental, obviamente tratando de aislar a Rusia, de por sí una federación de los diferentes "rus" o "zaratos" eslavos medievales. También se ve que Estados Unidos lentamente retrocede en Sudamérica en detrimento del hegemón regional: Brasil, aunque mantiene su influencia en Centroamérica. Así como la influencia china en países socialistas, como Cuba y Venezuela. También podemos ver el esfuerzo ruso de ser nuevamente una potencia, por lo menos regional, buscando mantener su influencia en los países del Asia Central, Cáucaso y sus dos únicos aliados en Europa: Belarús y Serbia. La esfera de influencia de China en el sudeste asiático es verdaderamente notable.

El caso de la Unión Europea es verdaderamente importante en esta cuestión, ya que puede finalmente establecerse un Presidente, pero un presidente de verdad, elegido por sufragio universal y por un periodo de entre cuatro y seis años. En tal situación, es altamente probable que decida romper la Alianza Anglosajona (y por esto es probable también que el Reino Unido no se una a esta hipotética República Federal de Europa) y formar una supra-alianza eurasiática Europa-Rusia-China. De esta manera se cumpliría lo escrito por George Orwell: un mundo dividido en Eurasia, potencia continental, y Oceanía: América, el Reino Unido y las principales islas del mundo, una potencia marítima.

No soy de especular sobre el desarrollo de lo que sería esta guerra, pero bien se pueden hablar de sus causas, y tal vez de sus consecuencias: Lo que bien puede suceder es que en esta guerra se tratarían de zanjar los diferentes conflictos entre las naciones. Por ejemplo, el nacimiento y establecimiento de nuevos estados separatistas o centrífugos, como por ejemplo Kurdistán, Palestina, Chechenia, el Tíbet, Pridnestrovia. O bien el establecimiento definitivo de uniones centrípetas, como UNASUR, Corea unida, una China unida, o como ya he dicho, una Europa unida.

Es muy posible que se cree un Parlamento Mundial, con el esquema típico bicameral: una en proporcionalidad de población por miembro y otra representando a cada miembro. Esto será el antecedente inmediato de un gobierno mundial, para bien o para mal, tal vez montado sobre la ONU. Y se observará una lucha feroz entre el deseo de autonomía de los estados miembros y la centralización del poder mundial.

Tal vez, si se logra un gobierno mundial centralizado. con el tiempo se convertirá en una tiranía mundial, y en este caso será la Cuarta Guerra Mundial: tiranía vs ciudadanía, gobierno vs anarquía, grupo vs individuo. Esto sería "el fin de la historia", como diría Francis Fukuyama...

Todo lo anterior sería en el caso de una Tierra aislada, es decir, sin contar la colonización del Sistema Solar, que comenzaría con la Luna. Tal vez esta colonización de la Luna será antes de lograr un gobierno unido en el planeta Tierra. Con el tiempo esto degenerará en colonialismo, luego ocurriría una guerra de independencia lunar, etc. lo que haría continuar la historia humana mucho más tiempo, siguiendo el esquema iniciado el siglo XV en el planeta. Y mucho tiempo más tarde, se buscaría la colonización de otros sistemas solares. En el caso de un encuentro cercano del tercer tipo, allí sí se unificaría verdaderamente la humanidad, pues la unión de individuos es sólo debido a un enemigo común.

viernes, 15 de julio de 2011

Libertad política y calidad versus cantidad

Hemos visto el eje político, que implica el grado de uniformismo político, así como que la democracia es una forma de "comunismo político", que algunos quieren incluso ampliar a los animales ¿y plantas?

Dicho esto, podemos ver fácilmente que este eje implica lo que Karl Marx llamaba clase, y los hindúes varna (casta). En el punto (A) no hay tipo de poder alguno, la anarquía absoluta, en este tipo de sistema el que está "arriba" es el líder guerrero, mediante poder físico puro y duro. A este lo reemplaza el poder de la palabra y el miedo, mediante los sacerdotes, que instituyen las primeras civilizaciones, así quedan estos "arriba" y la clase política-militar como segunda clase. En este punto, los "progresistas" apoyarían a los sacerdotes y los "conservadores" a los líderes político-militares.

El sistema permanece así mucho tiempo, hasta la Edad Moderna, que representa la transición entre la Edad Media, punto culminante del sistema descripto arriba, y el siguiente sistema instaurado con el que comienza la Edad Contemporánea, en este sistema suben al poder los comerciantes, llamados "burgueses", este sistema es llamado "capitalismo". Así los "progresistas" apoyan a los burgueses y los "conservadores" a los líderes religiosos-políticos. 

En ciertas partes del mundo aún siguió este fenómeno a través del traspaso de poder de los líderes político-empresariales a los obreros, antiguamente sirvientes o esclavos. Así, los "progresistas" apoyan a los obreros y los "conservadores" a los líderes político-empresariales. En esta etapa se halla gran parte del mundo ahora. Vemos así como una minoría dominante o élite es desplazada por una mayoría que se sirve de la demagogia.

Es de destacar que en el sistema hindú hay una quinta casta, los conocidos "intocables". Estos bien pueden representar en nuestra analogía a los delincuentes, vagabundos, mendigos, etc. No me puedo imaginar un hipotético futuro en que estos se hallen en el poder, gracias al "progresismo".

domingo, 29 de mayo de 2011

De la dirección del nacionalismo y los estados de agregación de la materia


La psicohistoria es el nombre de una ciencia ficticia en el universo de la Saga de la Fundación de Isaac Asimov, que es una combinación de historiapsicología yestadística matemática para calcular el comportamiento estadístico de poblaciones extremadamente grandes de personas, como el Imperio Galáctico.
Asimov utilizó la siguiente analogía: en un gas, el movimiento de una sola molécula es muy difícil de predecir, debido a los continuos choques con sus vecinas, pero el comportamiento a escala visible de un gas puede ser predicho con gran exactitud. Así, si se aplicaran cálculos estadísticos a una población lo bastante grande, como el Imperio Galáctico de sus novelas, cuya población era de billones de personas, se podría predecir su evolución histórica y social global con gran exactitud.


Vengo diciendo en el blog que el nacionalismo puede tener dos direcciones: una dirección individualista, que crea sentimientos separatistas disgregando a los Estados, o una dirección colectivista, creando sentimientos supranacionales, uniendo a los Estados. Por ejemplo: una República Hispánica que involucre España, Hispanoamérica y las Filipinas, y aún así sería nación, o más bien habrían sido. Esto debido a las divisiones creadas entre estos pueblos (inicialmente muy semejantes) se fueron creando naciones distintas: diferenciadas por la cultura, el entorno geográfico, la demografía y hasta el idioma.

Usando el símil de los estados de agregación de la materia enunciado por el brillante Isaac Asimov podemos decir que un grupo humano en anarquía sería un gas, si llegase otro grupo humano, también anárquico, fácilmente se podrían unir, por ser gases. Ahora bien, puede ser que estos grupos sean algo más cerrados y que no se unan, tal como el agua y el aceite, en este caso, y al no haber unión, puede el agua solidificarse y crear un sólido y sustraer al aceite de su ser, y si queda aceite dentro, este quedaría aislado allí, esto podría ser un ejemplo de un Estado con dictadura totalitaria.

Sin embargo, es sabido que los cuerpos se agregan en frío y se disgregan en calor. En el caso de los grupo humanos es al contrario: el racionalismo, el individualismo, el anarquismo, la república, son modelos que, en mayor o menor grado, propugnan un estado gaseoso en el grupo, esto no mediante un ambiente caldeado, sino mediante una razón fría y calculada. En cambio, el comunismo, el fascismo, el nacionalsocialismo, la tiranía, son modelos que mantienen al grupo humano que controlan en forma rígida, sólida, mediante constante propaganda, sentimientos nacionalistas, pan y circo; esto es, el grupo humano sólido es caliente.

Otra cuestión relativa es que yo sostengo que las dos direcciones deben realizarse a la vez: los Estados deberían ir renunciando a su poder dando más autonomía a las municipalidades, distritos, alcaldías o lo que fuesen, al mismo tiempo que va desarrollándose un gobierno mundial.

jueves, 19 de mayo de 2011

¿#Democraciarealya? Mejor #Libertadrealya

Vemos inmediatamente la división que afecta a los manifestantes en la #spanishrevolution, que afecta también a prácticamente todos los movimientos democráticos: ¿libertarismo o socialismo? La respuesta es obvia: libertarianismo, ya que. ¿No es precisamente un gobierno socialista el del PSOE, que rige ahora España? ¿No es socialista Hugo Chávez, dictador venezolano? ¿No es socialista Fernando Lugo, el viajero presidente del Paraguay?

Una de las propuestas del movimiento #Democraciarealya que me chocó fue la de nacionalizar la banca cuando quiebra, ¿¡Pero acaso eso no es lo que caracteriza al estatismo intervencionista neoliberal modeno, que tanto criticaron especialmente ellos (los agitadores políticos)!? Así doy mi apoyo al movimiento #Libertadrealya

sábado, 14 de mayo de 2011

Bicentenario de la Independencia

Mucho, realmente mucho se habla del Bicentenario en cada país latinoamericano por estos años. Paraguay no se ha quedado atrás.

Paraguay se independizó de facto el 15 de mayo de 1811. Acelerando el plan de la revolución debido a que Brasil iba a prestar apoyo a la causa realista en Paraguay mediante el diplomático José de Abreu, y a que se descubrió la conspiración. Por ello los próceres, en la noche del 14 y madrugada del 15 de mayo de 1811 tomaron el poder en Asunción. Sin embargo, de iure recién nos independizamos el 25 de noviembre de 1842, con el Acta de Independencia Nacional. Vemos de esta forma que el tradicional espíritu del "así no más" o "ya está ya" (expresiones comunes en el habla del paraguayo) ya estaba desde nuestro nacimiento con nosotros.

Debido a este espíritu abatido, sumiso y débil del paraguayo tradicional permanecimos en las sombras de la historia, a excepción de ciertos periodos en los que gobernaron grandes caudillos de nuestra nación, tales como el Doctor Francia, Carlos Antonio López. Estos grandes estadistas lograron elevar a Paraguay económica o políticamente, pero no lograron restaurar la psicología del pueblo, inclusive, esto llevó al paraguayo a pensar que para mejorar de condición debía ser gobernado por un dictador.

La situación anímica del país decayó aún más con la ignominiosa Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), una catástrofe sin precedentes en la historia de América, y comparable a las Guerras Mundiales. Luego de esto, y hasta ahora, el Paraguay se mantiene como lacayo de Brasil y Argentina alternativamente, dependiendo de cuál partido está en el poder: el Partido Colorado, títere del Brasil, y el Liberal, sumido a los intereses argentinos. Luego de un tiempo Paraguay tuvo que enfrentarse a Bolivia en la Guerra del Chaco, guerra que se podría fácilmente comparar con la Guerra de Corea u otra de la Guerra Fría, debido a que fueron enfrentados, no un país débil contra otro fuerte, sino dos débiles que representaban los intereseses de dos potencias antagónicas, en este caso dos empresas petroleras.

A pesar de haber salido triunfante el Paraguay de la Guerra del Chaco, el resultado fue malogrado debido a la anarquía en la que se encontraba el país, que llegó a convertirse en Guerra Civil hacia 1947. Todo esto se mantuvo así hasta la dictadura de Alfredo Strößner (castellanizado Stroessner), de 1954 a 1989. Quien logró pacificar el país, pero mediante la fuerza, muchos de sus logros, indiscutibles, hasta ahora son usados como apología a la dictadura, creo que no hace falta ser dictador perpetuo para hacer bien las cosas. A su caída inicia la denominada transición democrática.

Este periodo se está alargando demasiado ya, esto debido a la incompetencia política del Gobierno, que en muchos aspectos tiende a hacer lo que hacen el resto de los gobiernos del mundo. Sin embargo, no entienden que no se pueden aplicar leyes que rigen a otros pueblos a Paraguay, pues tenemos diferente fisonomía, diferente mentalidad, diferente objetivo. Deben entender los gobernantes que están allí porque se supone que deben comprender las problemáticas del país, y en base a esa comprensión del problema buscar la solución más competente. Otro de los grandes problemas es la corrupción política, esto es debido a que el paraguayo tradicional no siente respeto por la ley, no comprende que debe sujetarse a reglas de civismo, que la base de la república es que, aún teniendo la libertad de hacer lo malo, hacer lo bueno, en síntesis, no comprende la responsabilidad de la libertad. Y si alguien no comprende la responsabilidad de la libertad, está en muy graves problemas, que aún así, se pueden solucionar muy fácilmente, con una simple reestructuración de los esquemas mentales de la persona, o en este caso del pueblo.

Ahora, y aprovechando el espíritu reflexivo de estos doscientos años de independencia política, el país se encuentra ante una encrucijada: mantener el viejo espíritu de mediocridad, debilidad, inferioridad, vergüenza y paradójicamente también de corrupción, sinvergüencía y deshonestidad y ser el Viejo Paraguay, o tomar el ejemplo de países como Alemania o Japón, que se mantienen orgullosos, fuertes, competitivos, que por más que se vuelque el mundo contra ellos, igual se levantan, por lo que el mundo (esto es, las potencias económicas y políticas) se abalanza contra ellos y los destruyen hasta las cenizas, y aún así se atreven a convertirse en lo que ahora son: la cuarta y tercera potencia mundial, respectivamente. Tomemos el ejemplo de ellos y de muchos otros países, que con ferviente amor a su patria no se pasan dando discursos políticos, ni haciendo festejos en vano, sino trabajando y empeñándose en el trabajo por el bien de las futuras generaciones y ser un Nuevo Paraguay.

sábado, 7 de mayo de 2011

De los individuos y las naciones: El espectro cúbico.

Hace un tiempo he expuesto mi forma de interpretar el espectro político, convirtiéndolo en bidimensional. Sin embargo, hemos visto que de esa forma el nacionalsocialismo, el monarquismo y el comunismo, por ejemplo, ocupan una misma posición, así como el anarcocomunismo, el anarquismo puro y el anarcocapitalismo. Así también, que en la derecha ocupan un mismo lugar la corrección política y el conservadurismo, y en la izquierda ocurre lo propio con el socialismo y la oligarquía económica.

Así, hemos de ver que será necesaria una tercera dimensión, que será constituida por la concentración del poder y los derechos. Citando a la Wikipedia:

Aristóteles expuso en la Política la teoría clásica de las formas de gobierno, la misma que sin grandes cambios fue retomada por diversos autores en los siglos siguientes.
La célebre teoría de las seis formas de gobierno se basa en el fin del régimen político (bien común o bien particular). Los regímenes políticos que buscan el bien común (puros) son:20
  • Si gobierna una sola persona: monarquía
  • Si gobiernan pocas personas: aristocracia
  • Si gobiernan muchas personas: república
Y las degradaciones de estos regímenes políticos se traducen en:21
  • La degradación de la monarquía es la tiranía
  • La degradación de la aristocracia es la oligarquía
La corrupción de la democracia es la demagogia
Es decir, este eje es constituido por la libertad política.

Aplicando esto a cada vértice del espectro político bidimensional, obtendremos una mejor forma de visualizar las ideologías.

La forma menos concentrada de poder en el anarquismo sería en el anarcocomunismo (E), pero con un absoluto igualitarismo, inclusive con derechos animales. En contraste con el anarcocapitalismo (A), en el que se llegue al extremo de vivir de acuerdo a la ley del más apto, debido a la ausencia de regulaciones entre las personas.

En lo que sería una situación en que se elimina la libertad social, la forma más igualitaria de esta ha de ser la corrección política (F), incentivando la igualdad social de las personas. Pero al irse concentrando el poder vemos que se convierte en la derecha tradicional (B), donde el poder de administrar la libertad social se concentra en una única persona.

En el socialismo utópico tradicional (G) se busca una situación parecida al anarcocomunismo, pero dirigida por una única persona. Mientras que en socialismo moderno (C) se busca una absoluta igualdad de derechos.

En un totalitarismo comunista (H) se busca una absoluta igualdad entre las personas. Contrastando con el monarquismo (D), en la que absolutamente todas las decisiones son tomadas por una sola persona, en una sociedad piramidal con cúspide en el líder (déspota, dictador, monarca). Hacia tres cuartos del segmento DH, partiendo de D, se ubica el nacionalsocialismo, en el que se crea una oligarquía basada en criterio racial.

De esta forma podemos apreciar también que el eje tradicional izquierda-derecha es la diagonal mayor del cubo CF, y el eje transversalista AH es constituido por lo que ha dicho Aristóteles, es decir, a lo largo de la diagonal AH se ubican la anarquía, la república, la aristocracia y la monarquía.

Así se despide esta cortísima serie, espero que haya servido tanta maquinación de un joven con mucho tiempo libre. Nos vemos.